Longitud: 260 km
Dificultad: Moderado
Tipo recorrido: Circular
Fecha realización: 29/02/2015
Hoy nos toca una ruta bastante larga y completa, una de ésas para pasar el día entero.
Salimos de Ciudad Jardín en dirección Cádiz por la inmensa autovía nueva de cuatro carriles.
El chollo se acaba al llegar a la carretera de la costa: esa terrible vía tan peligrosa por las incorporaciones que parten de un stop. Aún así, prefiero tomarlo con calma y disfrutar del paisaje. Las vistas del Castillo de Sohail al llegar a Fuengirola, las primeras vistas de la nieve en la Sierra de las Nieves o la imponente montaña de La Concha.
Nos salimos por San Pedro en dirección Ronda, disfrutando de la subida con mil curvas.
Tomamos la salida de Parauta y pronto la vemos a lo lejos.
Nos da una inmensa alegría llegar. Por la carretera de la costa íbamos bien, pero al subir por la carretera de San Pedro – Ronda, el termómetro se desplomó y el aire venía congelado.
Parauta es un diminuto pueblo lleno de encanto. Hay más en Parauta aparte de los castaños (ver entrada Parauta).
Volvemos a la moto para dirigirnos a Júzcar. Poco después de salir del pueblo nos encontramos con un rebaño de ovejas espantadas, y tuvimos que reducir la velocidad porque algunas venían corriendo directamente hacia nosotros.
El camino hacia Júzcar es una preciosidad: una carretera literalmente tallada en la montaña, mientras poco a poco nos acercamos a las formas kársticas de los riscos de Júzcar y Cartajima.
La carretera es buena aunque bastante estrecha, por lo que cuando se cruzaban dos coches, uno de ellos debía parar.
Llegamos a Júzcar tras una inmensa cola de coches de personas que quieren visitar el pueblo. Nosotros, al ir en moto, podemos pasar por la calle principal sin problemas; a los coches los desviaban en la entrada del pueblo hacia una zona de aparcamiento.
Júzcar, el pueblo pitufo, es un centro de ocio y diversión de niños pequeños, que dejó atrás hace tiempo el encanto de los pueblos de montaña (ver entrada Júzcar).
Era la una del mediodía y ya teníamos hambre. Habíamos salido a las 9:30 de la mañana, y los kilómetros y el frío estaban haciendo mella en nuestro estómago.
Quisimos almorzar en Júzcar aprovechando que era temprano, pero los sitios estaban llenísimos y el único sitio que no lo estaba tanto era bastante caro. Así que tras ver el pueblo volvimos a coger la moto.
Paramos a la salida para poder hacer buenas fotos panorámicas, ya que salimos por la parte alta y ganamos altura rápidamente.
La carretera que une Júzcar con Faraján es muy bonita, ya que discurre entre alcornoques.
El último tramo de Faraján hasta nuestro destino, Alpandeire, tiene el asfalto en muy malas condiciones.
Antes de llegar a Alpandeire paramos para ver la estatua de Fray Leopoldo, que se sitúa en la carretera (coordenadas: 36.631942, -5.199945).
Desde la estatua disfrutamos de unas preciosas vistas del pueblo.
Aparcamos a las afueras y nos disponemos a buscar un sitio donde comer. Son más de las dos y yo estoy canina. Vemos un sitio que se llama La Cueva de la Higuera y decidimos entrar. Nada más hacerlo la impresión es bastante buena.
Comimos carrillada con salsa de castañas y setas (tiernísima y muy buena de sabor), y masitas (una especie de mini-hamburguesa de chorizo criollo) con jamón (aunque el jamón era una muestra más bien), huevos (100 % de campo) y patatas fritas. De beber, agua y coca cola, y de postre, tarta de chocolate con helado y pudding (buenísimo también). El total de la cuenta fueron 26 euros. La comida buenísima, buen precio y agradable servicio (aunque al haber sólo una camarera -Rocío- y un cocinero, tardaban un poco en servir, pero era algo asumible).
Tras la comida toca visitar el pueblo donde nació Fray Leopoldo (alrededor del cual circula casi toda la visita al pueblo), y hogar de numerosos pozos (ver entrada Alpandeire).
Son cerca de las 6 y nos queda poca luz, por lo que subimos de nuevo a la moto para volver a casa. En este caso, siendo el día 29 festivo post-puente del día de Andalucía, optamos por volver por el interior en vez de por la costa.
El camino hacia Ronda muy bueno: buen asfalto, amplio, y con bonitos paisajes.
Dejamos a un lado Ronda y posteriormente Cuevas del Becerro.
Nos desviamos hacia Ardales, donde podemos disfrutar del atardecer sobre los molinos de viento.
Y de la montaña donde se encuentra el Santo de Pizarra, iluminada de naranja por el sol.
Salimos a las 9:30 y regresamos a las 19:30, bastante cansados pero satisfechos por lo productivo del día.
El poner la ruta como moderada es por la subida por San Pedro y la cantidad de horas que se dedican a hacerla.
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Si os ha gustado la entrada y os ha sido útil para organizar vuestro plan, agradecería mucho vuestra ayuda para el mantenimiento del blog.
