Provincia: Málaga
Población: Teba
Tipo de recorrido: Semi-circular.
Recorrido: 10.31 Km
Desnivel acumulado: 707 m.
Dificultad: Difícil
Época recomendada: Todas menos verano.
Fecha de realización: 16/01/2016
La ruta que hicimos hoy ha sido una de las más duras que hemos hecho hasta ahora. Muy completa y muy bonita, pero sumamente exigente y a veces peligrosa.
Salimos del aparcamiento en el que hay un Área Recreativa al lado del Tajo del Molino (36.980447, -4.881126).
Eran las 10:30 de la mañana pero al ser invierno el sol estaba muy bajo, por lo que todo el tiempo recorrimos el tajo a la sombra, a unos maravillosos 5 ºC que marcaba el coche al sol.
Pasamos por debajo del puente y nos adentramos en el Tajo.
Vemos como el agua ha ido erosionando la piedra y nos deja un paisaje increíble.
No hay sendero para recorrer este Tajo, así que tendréis que ir andando por donde mejor veáis. Nosotros cruzamos el río un par de veces.
Y habrá veces en las que continuar el ascenso se hará un poco complejo, superando grandes bloques de piedra.
Casi al final del Tajo encontramos las ruinas del Molino.
Y si os asomáis al río veréis un bonito salto de agua.
Pasada esta parte, el campo se abre y se ve el río mucho más amplio, dejando bonitas pozas.
No olvidéis mirar atrás para disfrutar de las últimas panorámicas del Tajo.
Continuamos andando por un sendero marcado y nos salimos hacia la derecha (waypoint). Comenzamos a ganar altura rápidamente, viendo el tajo ahora desde arriba.
El terreno cambia mucho: de grandes bloques de piedra pasamos a un terreno pedregoso y afilado sin un sendero que seguir, por lo que el ascenso se hace más pesado (al andar por encima de piedras) y lento, al tener que ir mirando constantemente el GPS para no desviarnos demasiado.
En nuestro ascenso, nos acompañaban las vistas del Castillo de la Estrella, en Teba.
Y un par de buitres relamiéndose.
Llegamos a un puerto de montaña desde el que podemos disfrutar de unas fantásticas vistas.
El siguiente destino era el Pico Castillejo, así que pusimos rumbo allí, viendo a nuestra derecha el Embalse de Guadalteba.
De nuevo no tenemos sendero que seguir, así que andamos entre piedras y matorral bajo.
Tras subir y bajar un par de lomas, llegamos a la Cañada de Gonzalo Gil, que a la vuelta tomaríamos como camino para cerrar la circular.
Atravesamos un campo de olivos y nuestros pies lo agradecieron bastante.
Rodeamos una parcela con ovejas y continuamos un rato más por el campo de olivos.
Poco después se acaba el cómodo camino entre olivos y volvemos a la montaña. En este caso comienza con un sendero entre pinos.
Pero pronto desaparece y no nos quedó más que aprovechar los senderos creados por las ovejas para continuar la subida. Al menos, durante el camino pudimos disfrutar de los primeros almendros en flor de la temporada con unas magníficas vistas de fondo.
Llegamos a una loma que usaremos para enfilar la cumbre, situada en un pequeño torcal.
Las vistas del Embalse de Guadalteba hacen que el camino haya merecido de sobra la pena.
Aquí aprovechamos para comer, de nuevo rodeados de buitres.
Tenía algunos tracks que bajaban justo por debajo de la cumbre hacia la carretera, pero advertían de que eran piedras sueltas y peligrosas, así que decidí volver sobre nuestros pasos en busca de la Cañada de Gonzalo Gil.
La bajada por la cañada era muy bonita y me recordaba al Canuto de la Utrera.
Las vistas de las paredes verticales eran espectaculares.
Pero la bajada cada vez se empezó a hacer más rocosa y empinada, y por tanto más compleja.
Hasta que llegó el punto que indico con el waypoint como “bajada peligrosa”.
Hace falta ser muy aventurero para bajar por aquí. Yo soy una pequeña cabra montesa y no me importa escalar ni bajar por sitios complejos, pero he de admitir que esta bajada fue la más difícil a la que me he enfrentado. Casi 3 metros de caída vertical nos separaban del suelo, con un salto donde la piedra central nos impedía bajar cómodamente. El modo mejor para hacerlo: bajar de espaldas apoyando los pies en las piedras del lado izquierdo, meterse por debajo de la piedra grande, girarse de frente y terminar de bajar agarrándose a la piedras laterales. Es una bajada peligrosa ya que un resbalón puede resultar fatal si te golpeas la cabeza. Nosotros sabíamos de la complicación de bajar por esta cañada, pero no de su peligro; por ello hago mucho énfasis en la complejidad de esta zona que la foto no es capaz de reflejar.
Superado el obstáculo, continuamos con el recorrido, ya que vamos en busca de la cueva del Tajo.
El camino comienza con un marcado sendero.
Que pronto perderemos para tener que andar de nuevo entre las piedras tirando de GPS.
Estábamos ya un poco fatigados, ya que este terreno cansa bastante y la bajada por la cañada fue un poco dura, así que cuando por fin llegamos a las escaleras que llevan a la cueva, me pareció ver el cielo.
Para acceder a la cueva hay que bajar unas escaleras metálicas y empujar una cancela que está abierta. La visita merece la pena.
Ya sólo nos queda bajar por las escaleras de madera y volver al coche.
Como comento, esta ruta es muy bonita: el Tajo del Molino es espectacular, las vistas desde el Pico Castillón son preciosas, la bajada por la Cañada de Gonzalo Gil es increíble (pese a ese último salto peligroso) y la Cueva merece la pena una visita; pero he de advertir que es una ruta exigente físicamente por los desniveles y la dificultad del terreno, y en algún punto peligrosa. Toda una experiencia.
Os recomiendo que leáis la entrada: Consejos para hacer senderismo.
Para ver más fotos, pinchar aquí.
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