Provincia: Granada
Población: Güejar-Sierra
Tipo de recorrido: Circular
Recorrido: 16.25 Km
Desnivel acumulado: 807 m.
Dificultad: Moderada – Difícil
Época recomendada: otoño y primavera (en invierno se forman placas de hielo)
Fecha de realización: 07/11/2015
Esta semana de nuevo nos aventuramos en tierras granadinas a hacer una de las rutas por excelencia allí: la Vereda de la Estrella.
Como sabéis, nosotros salimos de Málaga. No suelo comentar nada sobre el camino de ida en coche, pero en esta ocasión creo que debo avisar sobre la carretera para llegar. Desde Granada a Güejar Sierra es una carretera de montaña muy revirada, donde circulan camiones y bicicletas, así que es un poco pesadilla por lo lento que se hace el trayecto, y las personas con tendencia a marearse lo pasarán mal. Tras llegar a Güejar-Sierra, el problema no mejora sino que va a peor, ya que la carretera (que se usa tanto de ida como de vuelta) consta de un estrechísimo carril por el que pasa justo un coche, y con un barranco al lado. Imaginad lo divertido que es cruzarse con otro coche…
Si nos pareció que en la Dehesa del Camarate había mucha gente, en esta ruta había al menos el doble de personas. Se llena muchísimo de coches, así que os recomiendo no llegar tarde; nosotros llegamos antes de las 10:00 y ya nos fue complicado aparcar.
Una vez aparcado el coche (coordenadas 37.134300, -3.391644) nos disponemos a hacer la ruta. Subiremos por una cuesta por la que hemos bajado para dejar el coche, y seguimos en busca del río que cruzaremos por encima de un puente, y que nos deja una preciosa estampa.
Nada más cruzar el puente comienza lo que se conoce como Vereda de la Estrella o Vereda de Sulayr: un sendero tallado en la montaña donde poco a poco ganamos altura, mientras vemos desde lo alto el Río Genil y los diversos riachuelos que van a parar a él.
Durante el recorrido disfrutamos del colorido del otoño, aunque menos espectacular que en la Dehesa del Camarate, ya que algunos árboles habían perdido las hojas y estamos en la cara Norte de la montaña, por lo que la mayor parte del tiempo estamos a la sombra.
Aún así, vemos un precioso castaño llamado el Abuelo, uno de los árboles de mayor tamaño de la península Ibérica y también de los más viejos, posiblemente milenario, aunque nadie ha podido indicar la edad real del «Abuelo de la Sierra».
Pero realmente lo que impresiona es verlo desde abajo, la gran envergadura de su tronco y sus ramas.
Había muchísima gente cuando nosotros fuimos y no lo disfrutamos bien, pero os recomiendo perder unos minutos con él.
El siguiente punto destacado ,es el Mirador del Norte, que nos regala una impresionante panorámica de las principales cumbres entre las que destacan el Mulhacén (centro de la foto) y la Alcazaba (a su izquierda).
A partir de aquí estaremos al sol, lo que evitará que andemos sobre mojado. En la parte en penumbra de la vereda, encontramos numerosas escorrentías que convierten algunos tramos en un auténtico barrizal. En invierno se forman placas de hielo, por lo que no es recomendable esa época para hacer la ruta.
Ahora disfrutaremos mucho más de las vistas al haber más luz y ver todo el tiempo al fondo el imponente pico Alcazaba. El inconveniente, es que teníamos el sol de frente.
Hacemos otra parada de nuevo para visitar el antiguo cortijo y la mina de la Probadora, donde encontramos carteles que informan de lo dura que era la vida del minero.
Continuamos andando mientras aún encontramos algunas escorrentías que forman saltos de agua.
Llegaremos a un punto en el que tenemos dos opciones: nosotros seguimos de frente para ver el Cortijo de la Estrella y el Puente, pero podéis seguir subiendo directamente hacia la derecha.
Yo os recomiendo hacer esos pocos cientos de metros de más, ya que el cortijo es muy bonito.
El puente sobre el río Guarnón es una preciosidad, con el pico Veleta de fondo.
Si tenéis suerte, podéis encontrar telarañas infladas con el viento como ésta.
Tras hacer mil fotos (ya que tuvimos la suerte de encontrar el lugar momentáneamente solo), volvemos sobre nuestros pasos.
El camino por la Vereda de la Estrella fue muy cómodo con un desnivel muy asumible, pero esto termina cuando llegamos a la bifurcación antes mencionada. En aproximadamente kilómetro y medio tendremos que superar 340 metros de desnivel, lo que se hace un poco rompe-piernas.
Cuando llevéis una tercera parte del recorrido de subida, podéis aprovechar un mirador natural que señalo con un waypoint para descansar y disfrutar del paisaje.
En este tramo, recorremos un precioso bosque de robles en el que debéis tener cuidado ya que, con las hojas en el suelo, se pierde a veces el sendero.
Llegaréis a una antigua fuente sin agua.
Y veréis el pico Alcazaba a vuestras espaldas; aquí es donde acaba esta cansada subida que nosotros tardamos 40 minutos en recorrer.
Nos dirigimos ahora al Cortijo de Hornillos. Lugar por excelencia donde comer y que posiblemente encontraréis, como nosotros, hasta arriba de gente.
Tras reponer fuerzas, toca seguir. Aunque os aconsejo que pocos metros más adelante paréis en el Mirador de Hornillos.
Las vistas son preciosas y podréis identificar perfectamente la silueta del Pico Alcazaba que nos ha acompañado buena parte de la ruta, y la del Mulacén, que aparece en esta foto en todo su esplendor.
A partir de este punto, todo el camino es bajada principalmente por bosques de robles.
Nosotros salimos un poco de la ruta para ver una vacada bastante grande (que me gustan los animales 😛 ).
Un poco más adelante nos encontramos con tres caballos, uno de ellos muy cariñoso que se acercó para que lo tocáramos.
Pasaremos al lado de una acequia.
Y más adelante encontramos las ruinas del Cortijo del Hoyo, del que apenas quedan unas piedras, aunque podréis disfrutar de unas preciosas vistas de Güejar-Sierra.
Llevamos ya 3 kilómetros de bajada y aún nos esperan 3 kilómetros más serpenteando, lo que acaba cansando cualquier rodilla.
Salimos a una pista forestal amplia durante unos 500 metros hasta que de nuevo enlazamos con un sendero.
Este sendero nos llevará de nuevo a la Vereda de la Estrella, donde comenzamos la ruta.
Y de nuevo cruzamos el río Genil.
La ruta es muy bonita. Quizás para paisajes otoñales, luce más la Dehesa del Camarate, pero las vistas desde el Cortijo de Hornillos y de las principales cumbres de Sierra Nevada son impagables.
Os dejo con un par de animales más que pudimos ver.
La ruta se quedó en 16 km, con más de 800 metros de desnivel. Realmente sólo hay dos tramos complicados: la subida desde el puente sobre el Río Guarnón hasta el Cortijo de Hornillos, y la bajada constante de vuelta, sobre todo a partir del Cortijo del Hoyo, que puede fastidiar mucho a personas con rodillas delicadas (aconsejo bajar con bastones de senderismo). Por esos motivos, califico la ruta como Moderada – Difícil.
Os recomiendo que leáis la entrada: Consejos para hacer senderismo.
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