Provincia: Málaga
Población: Júzcar
Tipo de recorrido: Circular
Recorrido: 7.74 km
Desnivel acumulado: 416 m.
Dificultad: Difícil
Época recomendada: todas menos verano
Fecha de realización: 15/11/2014
Esta ruta es el «Torcal» propio que poseen Júzcar y Cartajima.
Es una ruta muy bonita que merece la pena hacer, aunque hay que avisar que es difícil y que no es apta para personas en baja forma física.
Teníamos pensado empezar la ruta mucho más arriba, pero al llegar con el coche nos encontramos con que la pista de subida estaba en pésimo estado por las últimas lluvias y ante el temor de dar con los bajos, o peor, no poder salir de los surcos si metíamos la rueda, decidimos hacer esta parte andando, lo que nos sumó mucho desnivel y 3 km a la ruta. Si tenéis un todoterreno, podréis llegar hasta el final de la pista, justo antes de comenzar el sendero.
La subida se hace bastante cansada, aunque encontramos a ambos lados, un bonito riachuelo que más adelante cruza la pista forestal. Posiblemente si vais en una fecha en la que no haya llovido, esto no pasará; si no es así, os vendrán más que bien unas buenas botas de goretex.
Al final de la subida, bastante pesada por cierto, llegamos a un enorme aparcamiento (donde dejar el coche si habéis podido pasar por la parte mala que después se vuelve asfaltada). Nosotros tomamos una salida a la derecha donde encontramos la primera cancela que hay que cerrar porque hay animales sueltos.
Poco más adelante nos salimos del camino para ver una antigua era y un cortijo abandonado.
Volvemos al sendero, muy bien marcado, y continuamos la subida hasta encontrar un cartel informativo de madera; en ese punto, abandonamos el camino para entrar en un sendero marcado por piedras.
Pronto este cómodo y señalado camino desaparece y comenzamos a subir por la montaña, aunque se ve bien el sendero por haber piedras manchadas de barro. Poco a poco nos vamos adentrando dentro del torcal conocido como «Los Riscos».
Continuamos la subida hasta llegar a otro cartel informativo. En este punto, nosotros seguimos subiendo. Aquí empieza la parte de la ruta por la que la califico como difícil.
Durante toda la parte de subida a la cima, encontraremos partes «buenas» donde más o menos podemos andar por «senderos» (aunque sin perder en ningún momento de vista el GPS porque es fácil desviarse), y otras en las que directamente tenemos que escalar por las piedras.
Esta subida nos llevará al corazón de los riscos.
Tras subir y escalar, llegamos a la cima donde encontramos unas preciosas vistas ya que estamos en otoño y los castaños empiezan a amarillear. Podemos ver los pueblos de Parauta, Cartajima y Pujerra.
Tras hacer mil fotos y disfrutar de las vistas, comenzamos la bajada, bastante dura también ya que, al no haber sendero marcado, hay que buscar el mejor modo de pasar. La bajada nos dejará en un valle por el que podemos caminar mucho mas cómodamente encontrando zonas de torcal a ambos lados.
Este sendero nos llevará en el segundo cartel de madera que encontramos: en este caso, giramos a la derecha para unirnos a la ruta de la eras.
Durante este trayecto, un poco cansado por andar entre piedras pero muy cómodo al estar marcado, encontramos como la hiedra ha creado curiosas formas al crecer sobre la piedra, creando a un mono con barba y otro con peluca.
Al poco de empezar este sendero encontraremos la primera era.
Continuamos andando y encontramos más formas divertidas llegando a la segunda era (la cual está tras una empinada bajada).
Nosotros vimos un samurai gordo, una foca, un perro de las praderas y un perrito de piedra o un pato (según quien lo mire), aunque quizás nosotros tenemos mucha imaginación… 😛
Tras llegar a esta segunda era, damos un pequeño rodeo según marca el sendero (ojo, porque la tendencia es seguir bajando, dejando la era a la derecha, y tenemos que girar dejándola a la izquierda; no hay pérdida con el track) y dejamos los riscos a nuestras espaldas.
A cambio, delante nuestra vemos un precioso paisaje de castaños y el pueblo de Pujerra de frente mientras comienza la bajada.
Al principio de la ruta, encontramos una cancela que rogaba cerrarla al pasar por haber animales sueltos. Mientras bajábamos encontramos a dichos animales: cerdos.
Al principio pensé en lo amigable que parecía el cerdo al acercarse a olerme.
Hasta que, sin previo aviso, me mordió una bota. Ahí ya no era gracioso y empezamos a correr al ver acercarse dos cerdos más.
Empezamos a preocuparnos cuando nos encontramos rodeados de cerdos que corrían detrás y alrededor nuestra haciendo su típico «oing oing» y «wiiii» que comenzaba a sonar amenazante más que gracioso.
Afortunadamente, y gracias a bajar corriendo, pronto llegamos a otra cancela que los dejó encerrados y a nosotros más tranquilos.
El resto de la ruta solo consistió en bajar de nuevo por la pista forestal asfaltada, sin asfaltar, y destrozada por último, por la que habíamos venido.
Os dejo unas fotos de la flora y fauna del lugar.
La ruta es una preciosidad, aunque con la subida por pista forestal del principio y la subida a la cima es bastante cansada.
Como terminamos relativamente temprano, aprovechamos y fuimos a Faraján para visitar sus chorreras – cataratas, en la ruta de las Chorreras de Faraján.
Os recomiendo que leáis la entrada: Consejos para hacer senderismo.
Para descargar el track, pinchar aquí.
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