ALOZAINA
Hacía mucho tiempo que tenía ganas de visitar este pueblo ya que hemos pasado por él muchas veces al estar de paso de las rutas en la Sierra de las Nieves.
Nada más llegar, las vistas del pueblo son espectaculares.
Fuimos a la oficina de turismo donde nos atendió una chica que nos facilitó el plano del pueblo y de varios pueblos vecinos más.
El pueblo es pequeño por lo que en una hora se puede ver.
Justo al lado de la oficina de turismo encontramos el Arco de Alozaina. Lejos de lo que se pueda pensar, no tiene origen romano ni árabe, sino que se construyó a mediados del siglo XX para conmemorar el pasado árabe del pueblo.
Continuamos andando por esta calle que nos lleva al Ayuntamiento, nosotros continuaremos recto para visitar la Iglesia de Santa Ana. Sabéis que solemos aprovechar los horarios de misa para ver las iglesias. La duración de ésta es de una hora… casi nos da algo esperando a que acabara.
La iglesia parroquial de Santa Ana se construyó entre los años 1770 y 1774, bajo la dirección del maestro Felipe Pérez Menor, aunque su origen se remonta al año 1622. El edificio se levanta sobre planta de cruz latina con cubierta de madera que incluye el crucero.
La torre es de planta cuadrada y culmina con un cuerpo de campanas octogonal rematado con un pequeño tejado en forma de pirámide.
Cabe destacar la inmensa obra de imaginería que posee.
Metros más adelante se encuentran los restos de la Torre María Sagredo. Debe su nombre a que una noche 1970, durante un ataque de los musulmanes, el padre de María Sagredo fue asesinado por un escopetazo. Ella, llena de rabia, se puso las ropas de su padre, subió a la torre y luchó como el más valiente de los hombres ayudando a conseguir la victoria esa noche.
Continuamos el paseo hasta el Parque María Sagredo donde encontramos los restos restaurados y encalados del antiguo castillo.
En nuestro plano aparece una ruta marcada como paisajísitca en verde, por lo que nos disponemos a recorrerla.
Consiste en andar por la parte baja del pueblo para verlo desde abajo. Así vemos las vistas de la antigua muralla.
Como curiosidad, andando por sus calles comprobamos que algunos vecinos echan de menos el pasado franquista de España.
Posiblemente por ser domingo por la mañana, apenas encontramos a nadie en la calle; por no haber, casi ni vimos los típicos chuchos de pueblo.
Es un pueblo pequeño, pero con mucho encanto. Merece la pena visitarlo.
Para ver más fotos del pueblo, pinchar aquí.
Para descargar el plano del pueblo, pinchar aquí.
JOROX
Jorox en realidad es una pedanía de Alozaina. Apenas son tres calles, por lo que casi no se puede llamar “pueblo”.
Aún así, si estamos por la zona, podemos bajar a visitarlo para ver las vistas del puente.
El río Jorox, a su paso por el pueblo.
Y la ermita del Cristo de la Veracruz.
EL BURGO
El motivo de visitar este pueblo es que porque escuché de un bonito paseo que habían construido al lado del río Turón.
Dejamos el vehículo a la entrada del pueblo y nos dispusimos a recorrerlo con el plano que nos facilitó la chica de la oficina de turismo de Alozaina. Realmente es mucho más cómodo hacer las visitas si tienes con qué guiarte.
Subimos por calle Ronda y llegamos a la Plaza de Abajo.
Seguimos subiendo en busca de la Iglesia de San Agustín. Cerrada, como suele ser habitual, pero leyendo los carteles informativos nos enteramos que para construirla hubo que expropiar dos viviendas y un antiguo molino que ya no era rentable. Su objetivo no era sustituir a la Iglesia de la Encarnación, que es la principal, sino acercar la liturgia a las personas mayores y con dificultades de movimiento.
En busca de la ermita de San Sebastián, pasamos por la Plaza de Arriba. Tiene una fuente en el centro y llama la atención el curioso el modo en el que decidieron que salieran los chorros, de la parte “baja” de los caballos.
De la ermita de San Sebastián no vimos más que una puerta de madera cerrada.
Aprovechamos que el cementerio estaba enfrente para verlo. Bastante bonito ya que aún tenía las flores del día de Todos los Santos.
Continuamos andando para ver el antiguo puente romano que hoy en día se sigue utilizando.
A partir de este punto andamos por el camino verde que nos indica el mapa como ruta pasajística, hasta que llegamos a un punto en el que tenemos que pasar por una estrechísima calle entre dos casas.
A partir de aquí empieza el conocido como Paseo de la Acequia del Molino. Es un camino construido encima de la antigua acequia medieval que abastecía de agua el molino de harina.
El camino es una auténtica preciosidad y merece la pena especialmente hacerlo en otoño por ver el contraste de los árboles con las hojas ya amarillas.
Cabe destacar de la ruta una poza profunda que encontramos a la que se llama “Casares” en honor a uno de los dueños de los molinos que cayó de la acequia y murió ahogado.
Salimos del paseo y subimos por calle Zahurdilla en busca de los monumentos que nos quedan por visitar.
Visitamos la Iglesia de la Encarnación, que encontramos abierta por la celebración de un bautizo.
Es una iglesia de estilo gótico mudéjar como se ve en el altar mayor. Cabe destacar la armadura de madera de su nave central. Antiguamente era una mezquita – fortaleza.
Entre sus imágenes se encuentran: Nuestra Señora de la Encarnación, San Agustín, Nuestro Padre Jesús y la Virgen de los Dolores.
Por último nos disponemos a buscar el castillo. Realmente más que castillo son los restos del mismo que hoy se mezclan entre las casas.
En este pueblo encontramos más mascotas que en Alozaina.
El pueblo es bonito, y aunque solo sea por el Paseo de la Acequia del Molino, merece la pena visitarlo.
Para descargar el plano del pueblo, pinchar aquí.
Para ver más fotos de los pueblos, pinchar aquí.
Ver entrada: Ruta motera Alozaina – Jorox – El Burgo.
Visita realizada el 09/11/2014
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