Tirando de antiguas visitas a pueblos que considero imprescindibles, encontré Montoro. Nada más que por ver el Guadalquivir, la Casa de las Conchas y la panorámica desde el puente de las Donadas, merece la pena visitarlo.
Escribí a la dirección de la oficina de turismo pidiendo un plano del pueblo para poder hacer esta entrada, y muy amablemente me contestaron enviándomelo (debajo adjunto el plano de Montoro).
Nosotros aparcamos el coche al lado del río y subimos andando al pueblo. Básicamente dimos una vuelta turística por él antes de comer.
Subimos por calle Herrerías y llegamos a la plaza del Charco donde se encuentra la iglesia del Carmen, que tuvimos la suerte de encontrar abierta.
Por dentro tiene un precioso retablo de pan de oro con la imagen de la Virgen de la Soledad, pero no fue lo que más me llamó la atención de dicha iglesia, ni tampoco su preciosa cúpula azul y dorada (que podéis ver en el álbum web que adjunto), sino sus coloridas vidrieras.
En uno de los retablos laterales nos encontramos una simpática sorpresa. No sé si es un querubín o un niño Jesús, pero su postura no deja indiferente: es una mezcla perfecta de los power rangers y un romántico novio pidiendo la mano.
Tras esta interesante iglesia bajamos por la calle de la Corredera para pedir nuestro plano en la oficina de turismo (siempre es mucho más cómodo tener uno en tamaño A-3), y desembocamos en la plaza de España donde encontramos el Ayuntamiento.
También allí se encuentra la Iglesia de San Bartolomé. Por dentro es una auténtica maravilla de la que me sorprendió ante todo una preciosa cúpula pintada azul. Aún así, lo más sorprendente de esta Iglesia es que mezcla el estilo gótico en el altar, con la cúpula mas bien estilo barroco y un techo de madera estilo mudéjar (ver álbum web).
Nuestro siguiente destino es la Casa de las Conchas, de la que ya había leído antes de ir. Para llegar, pasamos por la Plaza de Santa María donde se encuentra el Museo Arqueológico.
La Casa de las Conchas me encantó. A pesar de estar encajonada entre dos casas, al verse desde arriba, resulta preciosa, y mucho más cuando nos acercamos.
Vemos como con las conchas, además de crear dibujos en los laterales de la casa y alrededor de puertas y ventanas, crean pequeños animalitos. Precioso.
Tras ver esta casa, pensé que nada me podía gustar más de este pueblo, hasta que bajamos al río, pasando por la iglesia de Santiago, cerrada, para llegar al Puente de las Donadas. Las vistas del pueblo desde este punto son preciosas.
Volvemos sobre nuestros pasos andando al lado del río para volver al coche dejando a nuestras espaldas una preciosa imagen del puente.
Os recomiendo patear el pueblo todo lo que podáis y visitar los miradores, porque el enclave donde se encuentra Montoro lo merece.
Para descargar el plano, pinchar aquí.
Si os ha gustado la entrada y os ha sido útil para organizar vuestro plan, agradecería mucho vuestra ayuda para el mantenimiento del blog.
